6.6.12

El frío.

El frío se coló en todas las casas sin preguntar. Todos prendieron sus estufas y sacaron las frasadas del placard. Pusieron a mano sweters, busos y bufandas. Y guantes, guantes para las manos congeladas. El frío se presentó como una escusa para no salir de la cama, para quejarse de las obligaciones, porque "hace frío". Pero el frío no vino a molestar, vino para mostrarnos que no todo puede ser siempre igual. Vino para llevarse lo viejo y darnos un respiro del sofocante calor. No se si se dieron cuenta, pero el cielo ya no es gris, tiene color, tiene textura. El frío vino para que apreciáramos las camitas calientes y las tazas de café. Para que desempolváramos el DVD y nos quedáramos a mirar una peli un viernes a la noche. El frío vino para recordarnos que él siempre está. Puede que nos haya llegado como una sorpresa, pero ya todos lo conocemos. El frío vino para cerrar una etapa y abrir otra. Una nueva etapa prometedora. Solo vamos a tener que abrigarnos antes de salir, pero va a valer la pena.

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