18.9.12

Torta de Chocolate con dulce de leche

Sentada en el diván del consultorio, estaba con las piernas cruzadas y expresión de fastidio.
- ¿Qué pasó?
- ¿Qué pasó? Qué no pasó... Yo creí que iba todo bien. Nos llevábamos bien, salíamos un montón, teníamos cosas en común y nos divertíamos. Pensé, "finalmente", después de tantos locos, uno que parecía normal. Pero después, hubo un día en el que no supe nada de él, un día completo. Pensé que algo terrible debería de haberle pasado, un accidente terrible o una enfermedad que le comprometiera la voz y la vista. Así que fui hasta la casa, y no estaba. Mi preocupación creció. Lo llamé al celular como 20 veces y no atendió, entonces llamé a todos los compañeros del trabajo que tenía agendados de una vez en que se olvidó la agenda en mi casa y los anoté por las dudas, nunca se sabe para que se pueden necesitar. Pero nadie me supo decir donde estaba. Ya estaba por llamara a la policía másomenos, cuando apareció en su casa. Me dijo que había pasado el día con la madre y la hermana, que se estaba por casar, así que habían estado arreglando los detalles de la fiesta, el presupuesto y no se qué más. El muy desagradecido se enojó cunado le conté todo lo que había hecho para encontrarlo. Pero yo no quería pelear. Por eso, fui hasta casa y le cociné una torta de chocolate con dulce de leche. Lo llamé para que viniera, en son de paz. Y no sabés! Lllegó, me dijo que ya no estaba enojado, que no me preocupara. Y cuando le quise servir un pedazo de torta me dijo "no, gracias, no me gusta la torta de chocolate con dulce de leche". Y ahí lo supe, estaba enfermo. ¿Cómo no le va a gusta la torta de chocolate con dulce de leche? No lo pude creer. Lo saqué a patadas, obviamente.

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